¿Por qué llamamos a algunos alimentos como anticancerígenos?

¿A qué nos referimos cuando hablamos sobre la prevención de enfermedades con base en una buena alimentación? ¿Existen alimentos que pueden ayudarnos a contrarrestar enfermedades crónicas? ¿Por qué se le denominan anticancerígenos? ¡Esto te interesa!

Siempre hemos hecho hincapié en que la alimentación correcta ayuda no solo en el tratamiento de enfermedades crónico-degenerativas, sino que además ayuda a la prevención.  Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de alimentación correcta? 

Una alimentación correcta está basada en un equilibrio de macronutrientes, rica en antioxidantes, variada, suficiente, adaptada e inocua. Escuchar todo esto puede parecer fàcil, sin embargo la actual epidemia de obesidad y enfermedades crónicas en nuestro país nos hacen ver lo contrario. La dieta basada -principalmente- en alimentos procesados o chatarra es la que nos ayuda al desarrollo de enfermedades y cáncer. Por lo tanto, una dieta que cumpla con las características mencionadas anteriormente, ayudan a contrarrestar, prevenir y erradicar enfermedades. ¿Cómo? Por medio de la calidad en los alimentos que elegimos en nuestra dieta diaria.  

De hecho, muchos expertos y cada vez más estudios señalan la importancia de una alimentación funcional basada en -valga la redundancia- alimentos funcionales. Pero ¡qué son los alimentos funcionales o anticancerígenos? 

Son aquellos alimentos que nos otorgan un beneficio, más allá de sus propiedades nutricionales básicas, gracias a sus compuestos antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres (que provocan o proliferan en cualquier enfermedad crónica, incluyendo el cáncer).  

¿Qué alimentos se consideran anticancerígenos? 

  • Brócoli y crucíferas: ricas en antioxidantes, fibra, betacarotenos. 
  • Frutos secos o semillas oleaginosas: chía, linaza, almendras, nueces. Gracias a sus ácidos grasos y omega 3.  
  • La mayoría de las frutas: por su alto contenido en vitaminas, especialmente aquellas ricas en vitamina A, C y E. 
  • Leguminosas: por su alto contenido en fibra que protegen contra el cáncer de colon.  
  • Probióticos: ya hemos hablado mucho al respecto. Los probióticos ayudan a una salud intestinal, por lo cual coadyuvan con el tratamiento y prevención de diferentes enfermedades. 
  • Agua: por supuesto, un elemento base. Recuerda que somos en su mayoría agua, y por ende necesitamos agua de calidad que nos ayude a la regulación de todas nuestras actividades a nivel sistémico.  

Ahora que ya lo sabes, procura incluir en tu alimentación una variedad de frutas, verduras, cereales integrales, leguminosas y probióticos. 

Equipo de investigación y editorial iNat México.

 

Referencias:

  • Caballero, L. & Gonzáles, G. (2016) Alimentos con efecto antiinflamatorio. Acta Médica Peruana 33(1). Lima, Perú.  
  • Araya, H. & Lutz, M. (2003) Alimentos funcionales y saludables. Revista chilena de nutrición 30(1). Santiago, Chile.  

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