La harina es un producto de la molienda de los granos de trigo, de otro cereal (avena, espelta, maíz, arroz o centeno), de tubérculos o leguminosas (castañas, habas, lentejas, garbanzos, alforfón o soya). La denominación de harina, sin más precisión, designa el producto obtenido de la molienda del grano de trigo. En el caso de otro grano, en la etiqueta se debe mencionar el cereal del que se ha extraído.
¿Qué es una harina refinada?
Tratamiento de la harina refinada
El primer paso para la obtención de harina es el lavado del cereal, posteriormente se acondiciona el grano para ser molido. Para este acondicionamiento se añade agua y se deja en reposo durante un periodo que puede ir de las 6 a las 24 horas.
Una vez adecuado el grano, se procede a la molienda. Esta puede ser en seco, en donde se apartan las partes anatómicas del grano; o húmeda, en la que además se separan algunos constituyentes como son el almidón, las proteínas o la fibra. En el proceso de la molienda se separa el salvado por lo cual es más pobre en fibra. En las harinas integrales se mantiene el salvado. Después de la molienda, el tratamiento más habitual que se lleva a cabo es el blanqueamiento de la harina. Este procedimiento, de operación simple, suele hacerse mediante peróxidos, gases o cloro y consiste en la decoloración de los pigmentos naturales de la harina.
¿Cómo afecta tu salud intestinal?
- Al carecer de fibra, la harina refinada suele de ser de más difícil digestión en individuos saludables, generando estreñimiento; la constipación a su vez favorece la aparición de hemorroides, provocando cuadros muy incómodos.
- Genera gases e incomodidad abdominal
- Poca saciedad
- Dañan la microbiota intestinal, disminuyendo la población de bacterias benéficas
La microbiota intestinal está íntimamente relacionada a nuestra buena salud, para mantenerla saludable lo más recomendable es consumir cereales completos que cumple una acción prebiótica en el intestino.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
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