La alimentación siempre se había mantenido como muy independiente del estado de salud de la piel; incluso, durante mucho tiempo se dijo que lo que comíamos no afectaba los brotes de acné. Hay muchos mitos alrededor del acné; quizás el más común es en donde se piensa que los alimentos grasos son los causantes de exceso de seborrea en la piel y por ende, del acné, ¿será que sí? Nosotros lo investigamos y te explicamos.
El acné es una enfermedad de la piel causada por un exceso de seborrea en el folículo piloso y la glándula sebácea. Se sabe, que un exceso de grasa es causado por el estrés, factores hormonales y sí, también ¡la dieta!
En un reciente estudio (ver Arias & Adame, 2019) se detectó que la dieta sí influye en la exacerbación del acné en edad adultas y lo empeora en la adolescencia, debido a la resistencia a la insulina; esta resistencia es causada principalmente por llevar una dieta alta en procesados, azúcares simples y harinas refinadas. Pero ¿qué hay de las grasas?
Durante mucho tiempo, se tenía la creencia popular de que los alimentos grasos podían inducir a empeorar la condición de acné -grasa provoca más grasa-, sin embargo en estudios que se han hecho a los alimentos para denominarlos “alimentos funcionales”, se detectó que muchos de los alimentos grasos, especialmente aquellos que proveen ácidos grasos no saturados, son antiinflamatorios y antioxidantes.
Dentro de los alimentos funcionales, que proveen antioxidantes y antiinflamatorios, se encuentran las oleaginosas. Los frutos oleaginosos, o las semillas oleaginosas, son alimentos de origen vegetal como las nueces, almendras, chía, linaza, etc. y son ricas en ácidos grasos insaturados, como el omega 3, proteínas vegetales, fibras, minerales como magnesio, potasio, hierro, calcio, zinc, cobre o selenio; y vitaminas B y E; lo cual las vuelve un alimento muy rico, nutricionalmente hablando.
Los frutos oleaginosos ayudan a obtener un mejor control en enfermedades cardiovasculares y diabetes, pero también ayudan con enfermedades de alergias y la piel, son alimentos de bajo índice glucémico lo cual evitan generar resistencia a la insulina (un detonante en el acné) y poseen un buen aporte de fibra que retrasa la absorción de glucosa en sangre. Estos factores ayudan no sólo al control de enfermedades de la piel, especialmente del acné, sino también en otro tipo de enfermedades crónicas.
Si bien, los frutos oleaginosos o semillas no provocan por sí mismos acné, es importante siempre recordar que lo más importante para encontrar el equilibrio en la salud es: calidad y cantidad. Un consumo adecuado de semillas, al día, está entre 20 y 30 g. Tómalo en cuenta.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias:
- Murillo, G. & Pérez, L. (2017) Los mitos alimentarios y su efecto en la salud humana. Med Int Mex. 33(3):392-402.
- Arias, M. Chías, A. & Adame, G. (2019) La importancia de la dieta en el acné. Dermatología Revista mexicana 63(supl.1): S3-S17.
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