Moringa como superalimento

La Moringa oleifera es un árbol de la familia de más moringaceas, es nativo de las estribaciones meridionales del himalaya y en la actualidad se cultiva prácticamente en todas las regiones tropicales, subtropicales y semiáridas del mundo.

Desde hace milenios, prácticamente todas las partes de M. oleifera han sido utilizadas por el hombre. Las hojas, las flores, los frutos y las raíces son apreciados por su valor nutritivo y pueden ser usados tanto en la alimentación humana como en la animal. Las hojas son excepcionalmente ricas en vitaminas y diferentes aminoácidos.

Las hojas de esta especie presentan un elevado contenido de vitaminas, provitaminas y minerales (Palada & Chang, 2003). Además, se ha demostrado que contienen todos los aminoácidos esenciales para la vida, incluyendo algunos como la arginina y la histidina, que se encuentran generalmente en proteínas de origen animal y que son muy importantes para el desarrollo de los infantes.

En muchos países tropicales es difícil diferenciar entre usos alimenticios y medicinales de M. oleifera, ya que esta es utilizada tanto por sus cualidades nutricionales como por sus atributos médicos, los cuales son reconocidos desde hace milenios. En la India, la medicina ayurvédica contemplaba el uso de esta planta para prevenir, mitigar o curar «más de 300 enfermedades». Sus usos terapéuticos son practicados en varios países como Bangladesh, Egipto, Filipinas, Guatemala, India, Malasia, Myanmar, Nicaragua, Puerto Rico, Senegal, Sri Lanka, Tailandia y Venezuela, entre otros.

Justificación química de sus efectos terapéuticos 

Recientemente se ha demostrado la presencia, en M. oleifera, de importantes fitoquímicos responsables de sus propiedades curativas. En uno de los primeros estudios exhaustivos sobre la composición química de esta especie se reveló que es rica en varias sustancias muy peculiares, como glucosinolatos, isotiocianatos, flavonoides, antocianinas, proantocianidinas y cinamatos (Benett et al., 2003); también se incluyó la distribución de fitoquímicos en las distintas partes del árbol.
El alto contenido de vitaminas, minerales y otros fitoquímicos como vainillina, ácidos grasos omega, carotenoides, ascorbatos, tocoferoles, β-sitosterol, ácido octacosanoico, moringina, moringinina y fitoestrógenos también es un factor importante en los efectos terapéuticos de M. oleifera
Posee además fitonutrientes como Luteína, Zeaxantina, que limpian al cuerpo de las toxinas, purifican los riñones, ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y la proliferación de glóbulos rojos, amortiguando el impacto del estrés oxidativo en el organismo, retrasando o previniendo así enfermedades asociadas al daño por radicales libres como el alzheimer, la aterosclerosis, isquemia, cáncer, cataratas o cuadros inflamatorios crónicos.

Recomendaciones: Se recomienda consumir la moringa como suplemento alimenticio en dosis máximas de 500 mg por día en sujetos en edad adulta, no más de 21 días.
El consumo de elevadas cantidades de esta planta medicinal puede suponer un riesgo para la salud.

Contraindicaciones
Embarazo, lactancia, desnutrición sin asesoría profesional. 

Equipo de investigación iNat.

 

Referencias: 

  • Martín, C. Martín, G. García, A. Fernández, T. Hernández, E. & Puls, J. (2013) Potenciales aplicaciones de Moringa oleifera. Una revisión crítica 36(2). Pastos y forrajes. Matanzas. 
  • Canett, R. Arvayo, K. & Ruvalcaba, N. (2014) Aspectos tóxicos más relevantes de Moringa oleífera y sus posibles daños. Revista de Ciencias biológicas y de la salud 16(2) Universidad de Sonora. 

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