Como cáncer se conoce un conjunto amplio de enfermedades que se caracterizan por la aparición de una proliferación incontrolada de un clon celular. La condición de malignidad confiere a los tumores la posibilidad de invadir tejidos vecinos o diseminar a distancia por vía vascular o linfática. La diferencia fundamental entre una célula cancerosa y una célula normal del organismo, es la falta de control natural de la división celular en las células tumorales, que adquieren por mutaciones su material genético, pero también una pérdida de las funciones fisiológicas normales y alteraciones morfológicas que pueden llegar a ser muy marcadas.
Los alimentos juegan un papel cada vez más importante en la medida en que el conocimiento de las interacciones entre los alimentos y las enfermedades neoplásicas crece. Los alimentos pueden actuar como factores etiológicos del cáncer, o como factores protectores de su aparición.
En general, las frutas y verduras ricas en fibra y fitoquímicos con propiedades antioxidantes, han demostrado ser protectoras frente al desarrollo de cáncer. Un meta análisis de 32 estudios observacionales encontró que un elevado consumo de fruta y verdura presentaba un menos riesgo global de la aparición de cáncer. Un elevado consumo de verduras, se asociaba con una reducción del riesgo global de la aparición de cáncer de esófago en un 64%, y un elevado consumo de frutas una disminución del 67% del riesgo.
Existe relación entre el consumo de carne roja y el cáncer colorrectal. Se encontró una relación dependiente de la dosis, de forma que cada 120g de carne roja por día, el riesgo estimado aumentaba un 28%, en cuanto a la carne procesada tan solo el consumo de 50g, representa un riesgo del 21%. Los mecanismos por los que la carne roja o la procesada pueden aumentar el riesgo de cáncer de colon son: la formación de heterocíclicas y nitritos, la abundancia de grupos hemo, de aminoácidos esenciales y de otros nutrientes que pueden actuar promoviendo el crecimiento celular.
BRÓCOLI
Perteneciente a las crucíferas (Brassicaceae), las crucíferas son una excelente fuente de compuestos fitoquímicos, entre los que cabe destacar a los glucosinolatos, antioxidantes naturales como las vitaminas C, E y K. Existen compuestos bioactivos capaces de inducir enzimas protectoras de la salud (detoxificadoras), Entre estos compuestos fitoquímicos protectores-inductores, destacan los isotiocianatos y los indoles, derivados de los glucosinolatos que se encuentran exclusivamente en el brócoli y especies estrechamente relacionadas de crucíferas. En los años recientes se ha prestado mucha más atención a la prevención de la aparición del cáncer por medio de productos naturales y las propiedades quimioprotectoras de los isotiocianatos e índoles de las crucíferas, formados desde sus glucosinolatos parentales, que pueden regular el desarrollo de diferentes células cancerígenas por sus efectos sobre determinadas enzimas diana, controlando la muerte celular (apoptosis) y bloqueando el ciclo de estas células.
AJO Y CEBOLLA
Contienen flavonoides como la quercetina (16), que ayudan a eliminar sustancias potencialmente cancerígenas del organismo, evitando así el riesgo de desarrollar cáncer (17). También ayudan a reparar los daños producidos en el ADN evitando mutaciones cancerígenas.
SETAS
Las setas son ricas en beta-glucanos, que son un polisacárido que estimula al sistema inmunitario y potencia el efecto de la quimioterapia; ya que frena el crecimiento del tumor, pues se activan los linfocitos T, las células natural killers y los macrófagos
Equipo de investigación y editorial iNat México.
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