La alimentación y nutrición en general se cumplen bajo tres perspectivas: biológicas, psicológicas y sociales. Sí, comemos por necesidad fisiológica o biológica, pero también comemos por necesidades emocionales y sociales; por pertenecer…
La alimentación e incluso todo el proceso digestivo, están vinculadas con aspectos neuronales que también tienen que ver con aspectos conductuales, ¿te suena el comer por que te sientes triste? Pues es porque hay una conexión ahí. Muchas corrientes de medicina integral o funcional van con la teoría de que los alimentos que se consumen tienen un por qué, y ese porqué está relacionado con las emociones y las conductas que presentamos ante ciertos alimentos.
Por ejemplo, hay alimentos que son estimulantes otros que cumplen la función de relajar, y todo está conectado no sólo a la calidad o cantidad de sus nutrientes, sino también en la forma en cómo interactúan con nuestro sistema nervioso central y periférico. Por ejemplo, la cafeína, el té verde que se consideran estimulantes, mientras que alimentos como los frutos secos, al ser ricos en magnesio nos generan una sensación antiestrés y de bienestar.
Un alimento no sólo va a cumplir una función fisiológica, también cumplirá un efecto emocional; por ejemplo, la comida que prepara mamá o la abuelita, pueden ser cualquier tipo de enchiladas, pero no, emocionalmente representa un platillo especial y único con un sabor diferente que quizá una persona ajena a la familia no lo notaría.
La psicología, entonces, está muy relacionada con la alimentación; incluso el éxito de una nutrición saludable dependerá enteramente del equilibrio entre ambas ciencias. Es hacer conciencia de uno mismo, de lo que los alimentos representan para ti, aún si es un chocolate o un brócoli. Ambos alimentos no solo cumplirán una función nutritiva a nivel molecular, sino que también fungirán como nutrientes a nivel emocional.
¡Feliz día del psicólogo!
Equipo de investigación y editorial iNat México.
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