Hablemos de café…

Después de los aceites comestibles y el té, el café es el producto del tipo “commodity” más consumido del mundo. Se estima que al menos el 30% de la población mundial consume una vez al día una taza de café. Dentro de los grandes consumidores, están los europeos, especialmente los países nórdicos, los norteamericanos y los países latinoamericanos tradicionalmente productores. El atractivo del café está ligado a su aroma, sabor y al concepto generalizado del café como estimulante y energizante. Las actividades laborales y profesionales que demandan un mayor estrés, siempre se asocian a un mayor consumo de café. ¿Qué contiene el café que lo hace tan atractivo de consumir? ¿Es beneficioso su consumo?

El tema del café en los aportes para la salud o sus posibles riesgos, es campo minado; existe mucha información disponible en internet que aborda ambos temas, que si es un potente antioxidante, que si los alcaloides del café son dañinos o que si tiene un efecto protector o desencadenante en los problemas cardiovasculares. Así que, en este artículo, pretendemos observar ambas caras de la moneda. Tal vez, la clave de su consumo se encuentre de forma obvia en la moderación.

 

Se han realizado numerosos estudios epidemiológicos en diferentes países destinados a caracterizar los efectos bioquímicos y fisiológicos de la cafeína y así poder diferenciarlos de otras variables potencialmente contundentes. Generalmente, el uso de café se estima a partir de encuestas de consumo de alimentos, pero el tamaño de la «tacita» o «taza» de café puede ser muy variable, desde 50 hasta 250 ml, lo cual complica la comparación entre los diferentes estudios. Sin embargo, una revisión crítica permite obtener conclusiones estadísticamente válidas a partir de varios estudios sobre el posible efecto del café.

Café, cafeína, atención y memoria 

Se han hecho innumerables estudios, tanto en humanos como en animales, de experimentación que han dado resultados claros en cuanto a los beneficios de la ingesta de café/cafeína sobre la atención, pero no tan claros sobre la memoria. La cafeína es psicoestimulante, dado que su ingesta da lugar a sensaciones de bienestar, motivación, confianza, alerta, concentración, etc. El efecto de la cafeína sobre la cognición es moderado en condiciones normales, pero es significativo cuando las capacidades están disminuidas, teniendo la capacidad de proporcionar efectos restaurativos.

Cafeína y enfermedades cardiovasculares 

La relación entre el consumo de café (o cafeína) en el mayor o menor riesgo de enfermedad cardiovascular, puede estar relacionado al consumo ALTO de café (mayor a 600 ml al día). El no consumo de café, por otro lado, se asocia con un riesgo menor o moderado, el consumo moderado origina un bajo riesgo y mayores cantidades un alto riesgo, en el estudio se puede apreciar que el consumo de 300mL/día o menos, puede incluso representar un factor de protección superior al no consumo de café probable consecuencia del efecto protector de los polifenoles antioxidantes del café, más que un efecto específico de la cafeína El ascenso de la curva representaría el efecto negativo de la cafeína, el que en este rango sería superior al efecto protector de los antioxidantes contenidos en el café (Valenzuela, 2010). 

Cafeína e hipertensión
La hipertensión es uno de los mayores riesgos de enfermedad cardiovascular, por lo cual aún a pequeñas reducciones en la presión vascular, pueden tener un gran impacto en la salud. La cafeína puede aumentar los niveles plasmáticos de hormonas relacionadas al estrés, como la adrenalina, noradrenalina y el cortisol; por lo cual podría esperarse un efecto hipertensivo derivado del consumo de café, ya que la secreción de estas hormonas es estimulada por la cafeína. Sin embargo, no se deduce una relación entre el consumo de cafeína y la hipertensión. Por otro lado, las bebidas energizantes que contienen cafeína, sí producen hipertensión. Con base en esta información, los investigadores concluyen que los antioxidantes contenidos en el café -que no contienen las bebidas energizantes-, contrarrestan el posible efecto hipertensor. 

Equipo de investigación y editorial iNat México.


Referencias:

  • Valenzuela, A. (2010) El café y sus efectos en la salud cardiovascular y en la salud materna. Revista chilena de nutrición 37(4). 
  • Greger, M. (2008) ¿Es el café malo para ti? [Video] NutritionFacts.org

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