Actualmente, la alimentación está pasando por un enfoque mucho más dinámico, natural e integral. Los alimentos no sirven solo para satisfacer las necesidades fisiológicas, sino también psicosociales; pero, en contraparte, debemos observar que el incremento de enfermedades cardiovasculares ha acaparado la morbimortalidad a nivel mundial; y que de esto, mucho tiene la “culpa” la alimentación.
La alimentación funcional y los alimentos funcionales vinieron a cambiar la perspectiva de la nutrición a una visión mucho más integral, pero específica en cuanto a la capacidad de un alimento para poder prevenir o modificar el curso de la enfermedad.
Hoy por hoy, sabemos que existen alimentos que nos pueden ayudar a prevenir, tratar e incluso revertir una enfermedad crónica; pero descubrimos que estos alimentos han estado en nuestra cultura incluso antes de que se le detectaran sus propiedades funcionales.
En ese sentido, Araya y Lutz (2003) explican que existen alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, cereales integrales y leguminosas) que poseen efectos preventivos en el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Alimentos que son ricos en fitoquímicos -principalmente antioxidantes- que incluso llegan a tener efectos sinérgicos con otros nutrientes.
En ese sentido, aquí te compartimos 5 alimentos funcionales que te ayudan a prevenir o tratar enfermedades cardiovasculares:
1.-Ajo y cebolla: son alimentos utilizados como condimentos -especialmente en la comida mexicana- en guisados, sopas y ensaladas. Otorgan un alto aporte de flavonoides -compuestos polifenólicos con propiedades antioxidantes- y compuestos organoazufrados; el consumo de estas sustancias está asociado con disminución de riesgos de enfermedad cardiovascular y estrés oxidativo (Araya & Lutz, 2003).
2.-Té verde: contiene polifenoles, flavonoides como el kemferol y quercetina, se relacionan con la disminución de enfermedades crónicas. 30 mg diarios o más disminuyen la mortalidad de las enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, las catequinas son antioxidantes que actúan como “anti-inicio, anti-promoción y anti-progresión de la carcinogénesis” (Araya & Lutz, 2003).
3.-Frijoles: alto contenido de proteínas, almidones de velocidad de digestión intermedia, un alto contenido de fibra dietética, fitatos, taninos y oligosacáridos no digeribles que proveen un buen aporte de fibra.
4.-Linaza: su contenido en ácido graso esencial alfa linolénico funge como precursor de EPA y DHA (omega 3) que ayudan a disminuir los riesgos de enfermedades crónicas no transmisibles. Además de antioxidantes como: flavonoides y lignanos, ácido fítico, tocoferoles que aporta mucílagos hidrosoluble.
5.-Avena: es un cereal con contenido de proteínas, lípidos, vitaminas, minerales y fibra soluble, entre las que se incluye el betaglucano. El betaglucano se ha estudiando y evidenciado que contribuye a la disminución de colesterol sanguíneo, control de la glucosa plasmática postprandial y la respuesta de la insulina (Aparicio & Ortega, 2016).
Equipo de investigación iNat
Referencias:
- Araya, H. & Lutz, M. (2003). Alimentos funcionales y saludables. Revista chilena de nutrición, 30(1), 8-14.
- Aparicio, A. & Ortega, R. (2016). Efectos del consumo del beta-glucano de la avena sobre el colesterol sanguíneo: una revisión. Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, 20(2), 127-139.
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