Sabemos que el azúcar está relacionada con una de las epidemias nutricionales más grandes a nivel mundial: el sobrepeso y la obesidad. Pero además, tiene una relación estrecha con la diabetes mellitus tipo 2 y se correlaciona con otro tipo de enfermedades como la caries e hiperactividad. Pero, ¿qué otra consecuencia tiene este ingrediente dulce en nuestra salud?
El cerebro, es otro de los órganos que se ve severamente afectado por un consumo desmesurado del azúcar, por ejemplo, a largo plazo puede causar una serie de problemas neurológicos e incluso afectar la memoria, reduciendo la capacidad de aprender. de hecho, actualmente sabemos que el azúcar a nivel metabólico y cerebral podría actuar de manera similar a la droga, activando neurotransmisores que provocan adicción.
En un estudio realizado por Rada, Avena y Hoebel (2005) el sistema opioide se activa normalmente con la comida, pero comer alimentos especialmente dulces, provocan cierta elevación de la dopamina, generando una sensación de falso bienestar; en el caso del azúcar, esta prolonga el tiempo de una comida y actúa como un analgésico mediante la liberación de opioides endógenos, por lo cual actúan similar a una droga.
Por otro lado, sabemos que el azúcar daña la microbiota intestinal, afectando el eje intestino-cerebro, el cual puede provocar que ciertos transmisores neuronales no se produzcan adecuadamente y que esto afecte no solo el estado emocional sino que predisponga a un daño metabólico provocando resistencia a la insulina, diabetes y obesidad.
Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos del eje intestino-cerebro? Básicamente a la conexión que existe entre los intestinos y el Sistema Nervioso Central, en donde hay una producción de neurohormonas en el intestino y estas se conectan y modulan comportamientos neuronales. Entonces, a menor diversidad de microbiota, mayor predisposición a enfermedades crónicas y trastornos psiquiátricos.
Como puedes ver, el azúcar está relacionada con diversos trastornos de salud, por ello debemos de limitar el consumo de los alimentos repletos de azúcares refinados y optar por edulcorantes naturales, como el piloncillo. Pero con moderación.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias:
- Rada, P. Avena, N. & Hoebel, B.. (2005). “Adicción” al azúcar: ¿mito o realidad?. Revista Venezolana de Endocrinología y Metabolismo, 3(2), 02-12.
- Gomez, M. Ramón, J. Pérez, L. & Blanco, J. (2019) El eje microbiota-intestino-cerebro y sus grandes proyecciones. Revista de neurología 68(3):111-117
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