El cansancio crónico o síndrome de fatiga crónica se caracteriza por fatiga severa e incapacitante que no se alivia con el descanso, además incluye otros síntomas como dolor musculoesquelético, dolor articular, dolor de garganta recurrente, trastornos del sueño, disminución de la concentración, disminución de la memoria y dolor de cabeza.
Estos síntomas pueden ser intermitentes, es decir, pueden aparecer y desaparecer, cambiar con el paso del tiempo, pero también pueden mejorar o por el contrario empeorar. Suele ser más común en la población femenina y en personas de entre 40 y 60 años.
Las personas que presentan este síndrome pueden tener una sensibilidad mayor a cantidades normales de ejercicio y actividad, es decir, tienden a fatigarse con el más mínimo esfuerzo. Aún no se conocen los motivos por los que se presenta este síndrome y porque puede afectar a algunas personas y a otras no. Se cree que pueden existir personas que ya nazcan con una predisposición que al combinarse con otros factores lo desencadenan. Entre los factores predisponentes se pueden encontrar causas hormonales, virales e inmunes e incluso hay casos en los que puede tener factores genéticos y epigenéticos. Se ha planteado que el estrés puede contribuir de igual manera a su aparición.
Se ha encontrado que algunas personas desarrollan este síndrome después de haber pasado por una infección viral, por lo que ha surgido la hipótesis de que este síndrome es desencadenado por algún virus. Entre los virus que se han estudiado se encuentran el virus Epstein-Barr, virus de herpes humano 6 y virus de la leucemia del ratón. Sin embargo, a pesar de todas las investigaciones no se han encontrado resultados evidentes.
Otro posible factor es la inmunosupresión, pues se ha encontrado que aquellas personas que tienen síndrome de fatiga crónica poseen un sistema inmune alterado o debilitado, aunque aún no está bien definido si el deterioro del sistema inmunológico puede ser suficiente para causar este trastorno.
Por otro lado, también se ha analizado la posibilidad de que los desequilibrios hormonales estén implicados. Esto es debido a que las personas con síndrome de fatiga crónica han presentado niveles sanguíneos anormales de hormonas producidas por el hipotálamo, hipófisis o glándulas suprarrenales, pero aun se desconoce cómo afecta esto para el desarrollo de este trastorno.
En un estudio se analizaron las deficiencias vitamínicas como posible causa del síndrome de fatiga crónica. En esta investigación se encontró que aquellas personas que cursan con este síndrome tenían concentraciones sanguíneas significativamente más bajas de vitamina A y vitamina E en comparación con las personas que no lo presentaban. Por lo que concluyeron que la deficiencia de estas vitaminas podría estar implicadas en las causas para desarrollar esta enfermedad, sin embargo, son necesarias más investigaciones para corroborarlo. En otra investigación se analizó si la suplementación nutricional podría ayudar a aliviar los síntomas que se presentan en este síndrome, sin embargo, no encontraron suficiente evidencia para recomendar la suplementación, dietas modificadas o de restricción.
El síndrome de fatiga crónica es un trastorno caracterizado por la sensación de cansancio extremo que no desaparece incluso después de haber descansado. La mujeres es la parte de la población que se ve más afectada por este trastorno, al igual que en personas de entre 40 y 60 años. Se han descrito diversas causas posibles como genéticas, desequilibrio hormonal, factores inmunológicos e incluso factores virales e incluso factores nutricionales. Sin embargo, y a pesar de todas estas hipótesis, no se tiene la completa certeza de cuál es la causa por la que se desarrolla este problema.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias
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