Las plantas medicinales han sido utilizadas a lo largo de la historia, incluso como base de algunos medicamentos; una de ellas es la cúrcuma.
La cúrcuma, también conocida como “raíz amarilla”, “especia dorada” o “azafrán de la India”, es una planta originaria de Asia y es utilizada comúnmente como un condimento, agente colorante y en la medicina tradicional de la India. Es utilizada también como aromatizante de alimentos, en la protección y tratamiento de afecciones cutáneas, hepáticas, digestivas, artritis y contra parásitos intestinales, además de ser útil como remedio de veneno y picadura de serpientes.
La curcumina, un polifenol, es el principal principio activo de la cúrcuma, el cual brinda el color amarillo y sus múltiples propiedades biológicas. La curcumina posee propiedades antioxidantes, antimicrobianas, hipoglucémicas, cicatrizantes, quimiopreventivas, quimiosensibilizantes y radiosensibilizantes.
La cúrcuma es un potente antiinflamatorio natural y su consumo es seguro, por lo que es una buena opción de tratamiento para enfermedades inflamatorias como artritis, enfermedades biliares, asma bronquial, enfermedades visuales como uveítis anterior crónica, gingivitis, mucositis oral, complicaciones pulmonares crónicas, enfermedad renal crónica, gastritis, entre otras.
La curcumina tiene la capacidad antiinflamatoria debido a que regula la acción de diversos factores involucrados en los procesos inflamatorios. Siendo también asociado a la inhibición de diferentes vías de señalización por medio de la regulación de producción de citocinas, proteínas que se producen como respuesta a la estimulación del sistema inmune. En un estudio realizado en pacientes con artritis reumatoide se administró 500 mg de curcumina al día reduciendo de manera importante los niveles de inflamación sin la presencia o desarrollo de efectos adversos.
En la industria alimentaria, la cúrcuma, es utilizada como saborizante y colorante en mantequillas, quesos, conservas, mostazas, sopas, caldos, productos cárnicos y lácteos. Para uso medicinal existen distintas formas de preparaciones, puede consumirse el rizoma en polvo o triturado para preparar infusiones, mientras que para su uso externo pueden realizarse tinturas o extractos secos.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias
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