La obesidad se ha convertido en un gran problema de salud el cual afecta a la mayoría de la población sin distinción de la edad, ya que se puede presentar tanto en adultos como en niños. Un estilo de vida sedentario y un incremento en el consumo de alimentos se consideran entre las principales causas para la aparición de esta. Además de estos, factores ambientales y genéticos, incluyendo cambios en la microbiota intestinal están involucrados en la aparición de trastornos metabólicos.
La microbiota intestinal está conformada por millones de bacterias que son benéficas para la salud ubicadas en el tracto gastrointestinal concentrándose en mayor proporción en el intestino grueso. Estas bacterias ayudan en procesos como la digestión, formación de vitaminas y en el metabolismo. Se cree que la microbiota es capaz de aumentar la producción de energía obtenida mediante la dieta y depositarla en la reserva de grasa, influir en la inflamación de bajo grado y regular la composición del tejido de ácidos grasos, por lo que estos mecanismo han sido propuestos como el vínculo entre la obesidad y la microbiota intestinal. Las bacterias intestinales tienen la capacidad de mantener el equilibrio energético del cuerpo, sin embargo, esto depende del equilibrio entre las bacterias potencialmente dañinas y los microorganismos que son capaces de promover la salud.
Debido a que se ha planteado la posibilidad de que la obesidad está ligada a la composición alterada de la microbiota se han realizado diversos estudios. En un estudio realizado en ratones con obesidad se encontró que estos tenían un 50% menos de algunos tipos de bacterias como Bacteroidetes, y un 50% más de bacterias del tipo Firmicutes. En otro estudio se analizó la microbiota intestinal de ratones con obesidad y sin obesidad, en la cual se encontraron diferencias relacionadas con el crecimiento de bacterias Firmicutes inducidas por la dieta. Estos cambios en la composición de la microbiota se corrigieron por completo después de seguir una dieta normal, lo cual sugiere que la dieta es el factor principal que contribuye a alteraciones en la microbiota intestinal asociada con la obesidad.
En otro estudio se identificó un aumento en la relación de bacterias Firmicutes: Bacteroidetes en ratones obesos y en ratones alimentados con una dieta alta en grasas en comparación con ratones delgados. El aumento de estas bacterias fue mayor en aquellos ratones que fueron alimentados con una dieta alta en grasas en comparación con los ratones con obesidad.
En humanos también se han evidenciado alteraciones en el ecosistema microbiano intestinal en personas con obesidad. En un estudio se observaron diferencias en la microbiota intestinal de individuos con obesidad en comparación con personas delgadas, donde los Bacteroidetes aumentó conforme los individuos perdían peso bajo una dieta hipocalórica restringida en grasas o en carbohidratos. Se tiene la sospecha de que la relación Bacteroidetes: Firmicutes en personas con obesidad ayudan a que se obtenga mayor cantidad de energía y grasas de los alimentos que en las personas delgadas.
La obesidad es un trastorno metabólico el cual afecta a la mayoría de la población adulta e infantil. Existen diversas causas que promueven su desarrollo como un estilo de vida sedentario, desequilibrio en el consumo de alimentos, genética, factores ambientales y la microbiota intestinal. La microbiota intestinal está formada por una cantidad inmensa de microorganismos buenos que proporcionan beneficios para la salud. La microbiota juega un papel importante en el desarrollo de la obesidad ya que una alteración en su composición promueve que algunas especies de bacterias aumenten su cantidad y otras disminuyen. La alteración en la composición del ecosistema de la microbiota se da por una dieta alta en grasas. Por lo tanto, la dieta, como es bien sabido, juego un rol importante en el desarrollo de la obesidad ya que tiene la capacidad de alterar la composición de la microbiota intestinal.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias
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