Las enfermedades autoinmunes también pueden mejorar con la alimentación

Las enfermedades autoinmunes se caracterizan porque el sistema inmune se encuentra alterado y, por tanto, la respuesta inmunitaria se dirige contra células propias que el sistema inmune identifica como dañinas. La mayoría de las causas de esta enfermedades son desconocidas y pueden dañar a un órgano o sistema específico. Entre las enfermedades autoinmunes encontramos la artritis reumatoide, diabetes tipo I, Enfermedad de Addison, esclerosis múltiple, lupus, miastenia grave y síndrome de Guillain Barre.

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune que se identifica por cambios inflamatorios en las articulaciones, degradación de las fibras de colágeno y atrofia ósea. Se cree que la alimentación puede ser una parte importante en la reducción de la sintomatología y progresión de la enfermedad. La dieta mediterránea ha sido propuesta debido a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias por su contenido de ácidos grasos monoinsaturados, polifenoles y tocoferoles.  La epigalocatequina-3-galato, fitoquímico del té verde, posee efectos protectores en enfermedades cardiovasculares, inflamatorias y neurodegenerativas. Ha mostrado ayudar a suprimir la inflamación en ratones con artritis, pero es necesario realizar más estudios para analizar su efecto en humanos.

La esclerosis múltiple se caracteriza por la destrucción de la mielina del sistema nervioso central.  Esta enfermedad suele ocasionar un déficit de vitamina D, por tanto, alimentos ricos en esta vitamina y una exposición al sol adecuada ayudará a mejorar las concentraciones séricas. Se debe preferir el consumo de aceites vegetales como el aceite de oliva, asimismo, el consumo de ácidos grasos omega 3 resultaría benéfico gracias a sus propiedades antiinflamatorias. Una suplementación con calcio ha sido relacionada con un mejor pronóstico de esta enfermedad.  También se recomienda una alimentación rica en verduras y frutas, pues los antioxidantes que aportan ayudan a disminuir el posible daño neuronal.

El lupus es una enfermedad autoinmune crónica multisistémica, inflamatoria y recurrente. Se caracteriza por afectar la piel, articulaciones, riñones y membranas serosas. Dentro de su etiología se encuentra un fallo en la regulación del sistema inmune. El consumo de ácidos grasos omega 3, vitamina A, D, E y selenio puede ayudar a estos pacientes. También es aconsejable el consumo de alimentos ricos en vitamina D para incrementar las concentraciones sanguíneas.  

La deficiencia de vitamina D es una característica de las enfermedades autoinmunes. Esta vitamina se ha demostrado tener propiedades antiproliferativas, antibacterianas y antiinflamatorias. Se ha considerado la suplementación con vitamina D con la finalidad de disminuir la progresión de las enfermedades, sin embargo, no se tienen resultados concluyentes sobre si puede ayudar a reducir la progresión o no.

Los ácidos grasos omega 3 han sido estudiados durante las últimas décadas como una opción terapéutica para la prevención o tratamiento de enfermedades autoinmunes como diabetes tipo I, artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico y esclerosis múltiple. Los posibles efectos de los omega-3 sobre este tipo de enfermedades es debido a sus acciones antiinflamatorias. Por ello una alimentación con un alto aporte de estos ácidos grasos podría ayudar a disminuir la inflamación ocasionada en estas enfermedades.

La alimentación puede ayudar a la prevención o tratamiento de las diferentes enfermedades autoinmunes. Se ha comprobado que una alimentación alta en alimentos como verduras, frutas, legumbres, semillas y baja en alimentos ricos en grasas, puede ayudar a mejorar la sintomatología generada por este tipo de enfermedades, ya que son ricas en antioxidantes y nutrimentos con potencial antiinflamatorio. Es importante mencionar que la alimentación no puede reemplazar el tratamiento farmacológico, sin embargo, tiene la capacidad de mejorar su estado físico e inflamatorio.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias:

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