Las frutas, según el Código Alimentario Español (CAE) son todos aquellos frutos, inflorescencia, semilla o parte carnosa de la flor que alcanzó un grado óptimo de madurez para el consumo humano.
Ya sabemos que, dentro del grupo de alimentos, se encuentran en color verde, es decir, que su consumo debería ser importante y necesario pues son la principal fuente de vitaminas (A,C,B1,B2,B6, y ácido fólico), minerales (potasio, hierro, calcio, magnesio, zinc, etc.), antioxidantes, flavonoides, terpenos y sustancias fitoquímicas, además de fibra (celulosa y pectinas). Es decir, son el principal combustible de nuestro cerebro y nuestras células.
Pero ¿qué pasa cuando las combinamos con los alimentos? Bueno, recordemos que la digestión comienza desde la lengua, en donde algunas enzimas salivales se activan para la descomposición de los alimentos y que estos puedan llegar en un estado óptimo al duodeno para su correcta absorción.
Ahora, no es que exista un horario ideal para el consumo de frutas, sino que la mejor absorción de estas, de acuerdo a los ciclos circadianos y los biorritmos, se da por las mañanas, cuando se requiere de una mayor cantidad de energía y glucosa. Por lo cual, las frutas son el principal alimento que lo aporta de manera rápida y eficiente sin convertirse únicamente en azúcar ingresando a nuestro cuerpo, pues recordemos que también tiene fibra.
Entonces, ¿qué pasa con las comidas fuertes?, simplemente al tener una mayor cantidad y densidad de nutrientes (hidratos de carbonos más complejos,proteínas y grasas) la digestión es un poco más lenta que si solo comemos fruta, puesto que hay más elementos que se deben de descomponer. Todo este proceso hace que si combinamos una comida fuerte e inmediatamente después una fruta, nos va a ocasionar una ligera indigestión por los tiempos que cada uno de los alimentos tarda en ser digeridos, por lo cual se recomienda que la fruta se consuma antes (30 min) o después de dos o tres horas de haber comido un plato fuerte.
¿Y en la noche?
No hay evidencia científica que describa que, la fruta por la noche, va a engordar; eso ya lo sabemos. Sin embargo, al ser una fruta un carbohidrato simple, se convierte en glucosa de manera rápida, por lo cual el aporte de energía será inmediato. Y, en la noche, según los ciclos circadianos, el cuerpo está preparado para otro tipo de funciones, por lo cual, no se recomienda mucho a menos que realices algún tipo de actividad física. Sin embargo, no es que vayas a engordar sino que los nutrientes se ocupan de manera mucho más eficiente en el día y medio día que en la noche.
No obstante, recuerda que la fruta no es tu peor enemigo, ¡no le tengas miedo! y opta por frutas de temporada.
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