Hábitos alimenticios relacionados a la tendencia a depresión y ansiedad

El estilo de vida y la alimentación pueden afectar la forma en que las personas se sienten, lo que podría influir en la aparición de ansiedad y depresión e incluso estas enfermedades pueden afectar los hábitos de alimentación.

Se han descubierto asociaciones inversas entre la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados, proteínas y algunos micronutrientes con la aparición de depresión; es decir, ayudan a disminuir los síntomas; mientras que el consumo de alimentos procesados e hidratos de carbono simples están asociados de forma directa, aumentan la frecuencia. Por otro lado, la ingesta de ácidos grasos omega 3 y algunos minerales como manganeso, cobre o zinc se relaciona con la prevención de ansiedad.

Un consumo de comida rápida, frituras, bebidas azucaradas, pan y dulces más de dos veces a la semana, aunado una baja frecuencia en la práctica de ejercicio, conlleva a la aparición de síntomas de depresión, afectando principalmente a las mujeres.

Por otro lado, se ha encontrado que las personas con alto consumo de frutas y verduras presentan menos síntomas depresivos y disminuyen el riesgo de padecer depresión. Las personas que padecen de depresión tienen una ingesta menor de betacaroteno, vitamina C, fibra y folato en comparación con las personas que no la padecen.

Una pobre ingesta de alimentos ricos en omega 3 (nueces y semillas como linaza o chía, almendras, aceites vegetales como aceite de linaza), puede predisponer al desarrollo de ansiedad y depresión, por lo que un incremento en el consumo de estos alimentos podría ser una buena estrategia para la prevención o tratamiento de estos padecimientos.

Algunos factores de estilo de vida como la dieta, sueño y ejercicio han sido asociados con trastornos mentales. Existe evidencia de la asociación de la dieta y la salud mental, por lo que una intervención dietética podría ser importante para la prevención y tratamiento. Se cree que por muy pequeñas que sean las mejoras en la dieta resultan positivas para la salud mental y el bienestar de las personas.

Equipo de investigación y editorial iNat México. 

Referencias

  • Larrieu, T., & Layé, S. (2018). Food for Mood: Relevance of Nutritional Omega-3 Fatty Acids for Depression and Anxiety. Frontiers in physiology, 9, 1047. 
  • Lazarevich, I., Irigoyen Camacho, M., Velázquez-Alva, M., Lara Flores, N., Nájera Medina, O., & Zepeda Zepeda, M. (2018). Depression and food consumption in Mexican college students. Nutrición Hospitalaria, 35, 620-626. 
  • Márquez, M. (2016). Depresión y Calidad de la Dieta: Revisión Bibliográfica. Imedpub Journals, 12(1), 1-9. 
  • Ramón-Arbués, E., Martínez Abadía, B., Granada López, J., Echániz Serrano, E., Pellicer García, B., & Juárez Vela, R. et al. (2019). Eating behavior and relationships with stress, anxiety, depression and insomnia in university students. Nutrición Hospitalaria, 36(6), 1339-1345.

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