La alimentación es una de las conductas más importantes para el ser humano. Está regulada por componentes fisiológicos y ambientales. La ingesta de alimentos puede deberse a dos cuestiones: hambre o antojo. El hambre se relaciona con aquella necesidad urgente de consumir algún alimento debido a la influencia de señales fisiológicas. Por su parte el craving o “antojo” es la sensación de hambre o deseo de comer, pero a consecuencia de un estado emocional.

El hambre es una sensación relacionada con el déficit de energía a nivel cerebral, pues de esta forma el organismo indica que es necesaria la presencia de alimento para reponer la falta de energía. Se puede distinguir el hambre del craving porque en este último la intensidad del deseo por consumir algún alimento es mayor, además de que se desea un alimento en específico. Normalmente, el craving se relaciona con el deseo irresistible por ingerir dulces o “comida chatarra” en respuesta a un estado emocional negativo, el cual quedaría resuelto tras la ingesta de dicho alimento.

Se ha propuesto que los niveles bajos de serotonina estimulan el apetito y el craving por alimentos ricos en carbohidratos como una forma de “automedicación”, pues después de consumir el alimento deseado se da el aumento de serotonina cerebral tras la ingesta mejorando así el estado emocional de la persona. Mientras que el hambre está relacionado con la leptina.

Existen diversos puntos que pueden ayudar a distinguir si lo que se tiene es hambre o craving:

Cuando es hambre la sensación es gradual, se puede esperar un poco para la ingesta de alimento, se puede elegir entre varias opciones, cuando se está satisfecho no se necesita consumir más comida y no se generan sentimientos negativos.

Por su parte, cuando se habla de un antojo este suele aparecer de manera repentina, resulta urgente la ingestión del alimento, el deseo suele ser por un alimento en específico, no se siente satisfacción con el consumo de dicho alimento ni con una cantidad pequeña, después de su ingestión suelen aparecer sentimientos de culpa, vergüenza o tristeza.

El hambre y los antojos suelen confundirse, sin embargo resulta importante aprender a distinguir cada una de estas sensaciones para saber si la ingesta del alimento es necesaria para el organismo o es un simple deseo.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias:

Risco, L., & Aros, C. (2019). Trastornos del ánimo, nutrición y craving. Revista Chilena de Neuro-Psiquiatría, 57(3), 295–305.

Forero Bogotá, M. A., & Gómez Leguizamón, M. (2020). Determinantes fisiológicos y ambientales de la regulación del control de la ingesta de alimentos. Revista de Nutrición Clínica y Metabolismo, 4(1), 1–15.

 

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