La naranja es una fruta rica en vitamina C y otros antioxidantes como carotenoides y flavonoides. Gracias a estas propiedades puede ayudar en la formación de colágeno, huesos, dientes, glóbulos rojos, favorece la absorción de hierro y ayuda a prevenir infecciones y algunos tipos de cáncer. También facilita la absorción de calcio y facilita la eliminación de residuos tóxicos debido a su contenido de ácido cítrico.
El jugo de naranja es una de las bebidas más consumidas, especialmente durante el desayuno. Se considera una bebida saludable debido a que se obtienen de la naranja una fruta con diversos nutrimentos benéficos para la salud. Sin embargo, no es lo mismo consumir el zumo o jugo de una fruta que la fruta en su presentación natural, ya que durante el proceso se pierden nutrimentos importantes.
Los jugos de frutas suelen tener un exceso de calorías que puede generar una adicción al azúcar, además de tener una baja concentración de fibra en comparación con la fruta en su presentación normal. Hay estudios que indican que estos jugos pueden tener un papel sobre el control de la glucosa en sangre. La fibra forma parte esencial de una dieta saludable. Tiene la capacidad de ayudar a regular la respuesta glucémica a los alimentos. El beneficio obtenido de la fibra sobre la glucosa después del consumo de alimentos ha sido comprobada en diversos estudios realizados con personas con diabetes o síndrome metabólico.
Como se mencionó, el principal compuesto de los jugos de frutas, además del agua, es el exceso de azúcares. El contenido de fructosa de la mayoría de los jugos de frutas naturales es similar al de las bebidas endulzadas. El jugo de naranja contiene entre 51-57 g/L de fructosa, lo que representa del 52% al 54% del contenido total de azúcar. El consumo de 250 ml de jugo de frutas incrementó un 7% el riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo II. Por otro lado, el consumo de más de cinco porciones de 200 ml de jugo de frutas naturales a la semana aumentó el riesgo de presentar síndrome metabólico, específicamente obesidad abdominal y altos niveles de triglicéridos.
El consumo de la fruta entera, en este caso naranja, es preferible debido a su contenido de fibra. La fibra ayuda a mejorar la digestión y a desacelerar el aumento de azúcar en la sangre. Además contiene una forma de azúcar menos concentrada.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias:
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