Al inicio de cada año la mayoría de las personas dentro de sus propósitos de año nuevo tiene como objetivo bajar de peso mediante la mejora de la alimentación o un régimen alimenticio, para lo cual se recurren a diversas dietas ya sea con un especialista, nutriólogo, o bien alguna que encuentran en internet. Del mismo modo, se proponen iniciar una vida activa, mediante la realización de ejercicio o la práctica de algún deporte. Sin embargo, no todas las personas cumplen con su objetivo, pues después de solo unos días o semanas regresan a sus antiguos hábitos; o bien, debido a su ritmo de vida se les complica.
La mayoría no continua con el cambio de hábitos pues les cuesta trabajo seguir un régimen alimenticio o bien mantener una rutina. En cambio, como es común la mayoría se enfoca solamente en seguir una dieta o rutina de ejercicio y no en cambiar sus hábitos, que también son importantes para llevar una vida saludable.
Contar con buena salud, no solo hace referencia a no presentar una enfermedad, sino que también consiste en contar con un completo bienestar en el que se incluye la salud física, mental y social.
Adoptar nuevos hábitos y que estos sean saludables ayudan a mantener una buena salud evitando la aparición de afectaciones al organismo. Tener mejores hábitos, como una alimentación saludable y la práctica de actividad física de manera regular protegen contra el desarrollo de diversas enfermedades de preocupación mundial como lo es el sobrepeso, la obesidad, diabetes mellitus, hipertensión, entre otras. Después de un tiempo, si se apega a estos cambios pueden llegar a convertirse en parte de la rutina diaria.
Iniciar con hábitos saludables se puede ir haciendo poco a poco. Se puede comenzar con incrementar el consumo de frutas y verduras con la finalidad de que se sumen de 4 a 6 raciones al día, en caso de consumir productos cárnicos siempre preferir los que cuentan con bajo contenido de grasa, limitar el consumo de grasas saturadas o trans, incrementar el consumo de fibra y disminuir los alimentos con alto índice glucémico, limitar el consumo de sal ya azúcares agregados, evitar el consumo de alcohol y tabaco, entre otros.
La actividad física hace referencia a todas las actividades diarias que se realizan, como las tareas en el hogar, la actividad laboral, las caminatas o traslados, ir de compra, las actividades sociales, etc. y no solo de la práctica de algún deporte o acudir al gimnasio. Si a estas actividades se le establece un espacio y horario en la rutina del día a día, estaríamos hablando entonces de ejercicio físico, que se caracteriza por ser una actividad planificada, repetitiva y realizada con el objetivo de mejorar la aptitud física. Como es bien conocido se recomienda realizar al menos 30 min diarios de actividad física.
Tener una buena higiene del sueño también forma parte de los hábitos saludables. Se conoce que dormir lo suficiente es fundamental en la prevención de enfermedades crónicas y la promoción de la salud. No dormir lo necesario se asocia con accidentes automovilísticos, desastres laborales, errores médicos y profesionales, entre otros. Las personas que no duermen lo necesario también son más propensas a padecer enfermedades crónicas como hipertensión arterial, diabetes, depresión y obesidad, e incluso cáncer, mayor mortalidad y menor calidad de vida y productividad.
La falta de sueño puede deberse a diversos factores, como el acceso a la tecnología las veinticuatro horas del día. Las personas que dedican más tiempo a los artefactos electrónicos y a la tecnología, así como a las redes sociales restan horas de sueño que se convierten en horas que son vida.
Por otro lado, tenemos la salud mental o emocional. La salud mental es la base para el bienestar y el funcionamiento efectivo de un individuo o una comunidad. El trastorno de ansiedad es uno de los problemas más comunes de la salud mental. El cuerpo se expresa, y lo que no se dice con la voz se dice a través de un síntoma. La psicología de la salud ha demostrado que el equilibrio mente-cuerpo es uno de los factores más importantes para crear inmunidad psicológica y física. Para lograr esto, es importante reconocer las emociones, ser capaces de discriminar qué emoción es buena, saludable y cuál no. Se dice que las personas que bloquean sus emociones son mayormente propensas a desarrollar cáncer y a contraer enfermedades del sistema inmunológico.
Cambiar los hábitos de cada persona por hábitos más saludables no siempre resulta fácil, pues normalmente estos hábitos han estado presentes por muchos años. Pero esto puede cambiar si cada persona se lo propone. Se puede iniciar por pequeños cambios en la alimentación, la práctica de actividad física, dormir bien, reconocer las emociones y acudir al médico para chequeos regulares. Esto contribuye a mejorar la salud y repitiéndolos con frecuencia pueden formar parte de la rutina del día a día.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias:
Yorde Erem, Samar. (2014). Cómo lograr una vida saludable. Anales Venezolanos de Nutrición, 27(1), 129-142.
National Institutes of Health. (2019, abril). Cómo cambiar sus hábitos para tener una mejor salud. National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases.
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