¿Qué pasa con las grasas saturadas vegetales?

 

Las grasas constituyen la reserva energética más importante del organismo, intervienen en el transporte de vitaminas y se encuentran en gran variedad de alimentos y preparaciones. Se ha visto que los ácidos grasos saturados, a excepción del ácido esteárico, incrementan el colesterol total, esto significa un riesgo de infarto de miocardio o de muerte por enfermedad coronaria. La ingesta de ácidos grasos saturados también se asocia con aumento del IMC, desarrollo de obesidad, esteatosis hepática y resistencia a la insulina.

Las grasas saturadas, generalmente se atribuyen a las que provienen de origen animal, como la grasa de cerdo, manteca, grasa láctea, carne, piel de pollo y cerdo, helados y queso. Sin embargo, también existen grasas saturadas de origen vegetal como el aceites de coco o la manteca de cacao.

El aceite de coco es extraído de la carne de la fruta. Su componente principal se sabe que son las grasas saturadas. Del mismo modo que otras grasas saturadas, el aceite de coco interviene en el aumento del colesterol LDL o colesterol «malo», lo que lo asocia a un mayor riesgo de enfermedad cardíaca. Pero, se ha demostrado en algunos estudios que también puede aumentar el colesterol HDL o colesterol “bueno” cuando el consumo de hidratos de carbono es reemplazado, probablemente sea por su contenido de ácido láurico.

Mucho se ha hablado sobre el riesgo de consumir aceite de coco debido a su contenido de grasa saturada y su posible amenaza para la salud cardiovascular. El contenido de grasa saturada del aceite de coco se encuentra en el medio del espectro en términos de tipos de grasas. Pues se considera una mejor opción en comparación con los aceites parcialmente hidrogenados, es decir los que son altos en grasas trans, pero no tan bueno como los aceites vegetales insaturados como el aceite de oliva y de colza que se sabe brindan beneficios a la salud. De hecho, cuenta con un contenido en grasas saturadas muy elevado cerca del 86%, lo que es más que lo encontrado en la mantequilla (51%) o la manteca (39%).

Diversas asociaciones sugieren preferir su uso cosmetológico que, para consumo en alimentos, pues recomienda reemplazarlo por grasas saludables. Sin embargo, otros expertos indican que se puede incluir en la dieta, pero no en un consumo diario sino más bien esporádico, pues se deben preferir grasas provenientes del aceite de oliva, soya o colza, nueces y semillas, o aguacate como principal fuente de grasas en la dieta.

En cuanto a la manteca de cacao o también conocida como aceite de julri, hace referencia a la grasa natural proveniente del cacao que se obtiene durante la fabricación del chocolate. Esta grasa vegetal es rica en antioxidantes naturales que ayudan a prevenir la rancidez. Es utilizada en alimentos, jabones y productos de cosmetología.

Es considerada una grasa saludable, aunque en su mayoría es saturada como el aceite de coco. La cantidad de grasa saturada concentrada en la manteca de cacao se encuentra entre el 57% y el 64% del contenido total de grasa. Está compuesta por un 35% de ácido esteárico, 25% de ácido palmítico, 35% de ácido oleico y 5% lo componen otros ácidos grasos. El ácido palmítico y el esteárico, forman parte de los ácidos grasos saturados, sin embargo, el esteárico, fisiológicamente no funciona como tal. A pesar de ser considerada una grasa saturada, la manteca de cacao difiere de otras grasas saturadas como la mantequilla y grasas animales, pues tiene un efecto neutro sobre el colesterol sanguíneo.

La manteca de cacao se considera más saludable que el aceite de coco, pues es rico en nutrientes naturales que ayudan al beneficio del cuerpo. Al contar con componentes antioxidantes, como polifenoles y flavonoides, ayuda a prevenir el envejecimiento brindando a la piel protección contra la acción de los radicales libres. De ahí su uso en productos cosméticos y cremas. Del mismo modo, sus polifenoles pueden ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares. También mejora el funcionamiento del sistema inmune, optimiza el tránsito intestinal previniendo el estreñimiento, entre otros.  

Las grasas conforman uno de los nutrimentos más importantes para el funcionamiento del cuerpo. Pueden ser de origen animal o vegetal. Dentro de las vegetales se encuentran el aceite de coco y la manteca de cacao. El aceite de coco ha creado una gran controversia sobre si es bueno o malo para la salud, si bien aún se siguen realizando estudios, se ha visto que podría ser benéfico para el organismo en ciertas cantidades y no en consumo abundante, pues, aunque es de origen vegetal tiene una alta concentración de grasas saturada. Por su parte, la manteca de cacao también es una grasa vegetal saturada, sin embargo, se dice que es menos dañina si se compara con el aceite de coco y se han descubierto algunos efectos positivos sobre la salud.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias:

Cabezas-Zábala, C. C., Hernández-Torres, B. C., & Vargas-Zarate, M. (2016). Aceites y grasas: efectos en la salud y regulación mundial. Revista de la Facultad de Medicina, 64(4), 761–768.

Posada Jaramillo, M., Pineda Salinas, V., & Correal Arango, A. L. (2001). El chocolate v la salud cardiovascular. Perspectivas en Nutrición Humana, 4, 99–111.

University of California, San Francisco. (s. f.). Grasas buenas, grasas malas. University of California. Recuperado 2022.

Lisa-Drayer, M. (2018, 23 agosto). ¿Es el aceite de coco «veneno puro»? Esto dice la ciencia. CNN.

Sosa, M. (2020, 10 febrero). Manteca de cacao: para qué sirve y cómo usarla. Innatia.

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