Lecitina de soya, ¿agente inflamatorio?

La lecitina es una sustancia grasa de color amarillo marronácea que se encuentra en tejidos de animales y vegetales. Puede encontrarse en aquellos alimentos que contienen colesterol, se concentra mayormente en el pescado y tiene un elevado aporte calórico. También puede ser creada por el cuerpo. La lecitina es una mezcla compleja de fosfolípidos y triglicéridos. La lecitina forma lipoproteínas de transporte de grasas, lo que la capacita para reducir los niveles de colesterol en sangre. Se ha descubierto que favorece la mejora de lesiones cerebrales, problemas cardiovasculares y del sistema nervioso.

La soya es un alimento con un alto aporte proteico que cuenta con casi todos los aminoácidos esenciales necesarios para el organismo. Se encuentra compuesto por hidratos de carbono, proteínas, lípidos, fibras, saponósidos, vitaminas y minerales, enzimas, ácido fítico e isoflavonas.

Una de las cualidades más importantes de la lecitina es su poder de aportar ácidos grasos muy saludables, como el linoleico y el linolénico, además de inositol, colina y fósforo. Estos componentes de la lecitina contribuyen a mejorar el perfil lipídico en sangre y previene el desarrollo de hígado graso.

Recientemente se descubrió que una dosis de 500 mg de lecitina mejora el colesterol en solo 2 meses, por lo que se estima que acelera y mejora el metabolismo graso al reducir el exceso de colesterol LDL (dañino) y promover en el hígado la síntesis de una gran cantidad de colesterol HDL (beneficioso).

Hay evidencia de la utilidad de la lecitina de soya para las personas que padecen de psico síndrome cerebral orgánico (alteración de la función mental debida a una enfermedad no psiquiátrica.); sin embargo, diferentes estudios han probado que personas que consumen soya en grandes cantidades presentan un pobre desempeño cognitivo y un bajo peso del cerebro.

La lecitina es considerada una buena fuente de glicerofosfolípidos dietéticos, así como de fosfatidilcolina, que forma un componente importante del intestino, esencial para mantener la barrera entre la microbiota intestinal y la mucosa intestinal del huésped. Se ha demostrado que los fosfolípidos de la dieta reducen el estrés oxidativo en el cerebro, reducen los riesgos cardiovasculares y han demostrado ser positivos para reducir las reacciones inflamatorias en modelos murinos.

En cuanto a los procesos inflamatorios, se ha demostrado la capacidad de los fosfolípidos provenientes de la soya para disminuir los síntomas de la artritis reumatoide. Los fosfolípidos derivados de la soya también han resultado ser seguros a nivel gastrointestinal, ya que pueden reducir los síntomas relacionados al uso regular de ácido acetilsalicílico y moderan el proceso inflamatorio en personas que padecen de colitis ulcerosa. Además, el consumo de proteína de soya ayuda a disminuir la inflamación del colón, síntoma característico de enfermedades intestinales como Enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias:

Cala Calviño, Leidys, Sánchez Hechavarria, Miguel Enrique, & García Torres, Daniel S. (2017). Aspectos farmacológicos de la lecitina de soya y sus posibles aplicaciones médicas. MEDISAN, 21(1), 83-95.

Basson, A. R., Ahmed, S., Almutairi, R., Seo, B., & Cominelli, F. (2021). Regulation of Intestinal Inflammation by Soybean and Soy-Derived Compounds. Foods (Basel, Switzerland), 10(4), 774.

 

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