¿Los niños pueden llevar una dieta basada en plantas?

Sabemos que hay muchos beneficios de llevar una dieta basada en plantas, pero ¿qué pasa con los niños? Recordemos que en esa etapa es de constante crecimiento fisiológico, entonces ¿es necesario que incluya alimentos de origen animal? Aquí te lo explicamos más a detalle. 

Los niños están en constante desarrollo; de hecho es la etapa de vida en donde hay mayor desarrollo fisiológico y psicomotriz, más aún cuando entran en la adolescencia. Por ello es de suma importancia garantizar sus necesidades energéticas para evitar cualquier carencia de nutrientes que pueda mermar no solo su crecimiento, sino también su desarrollo neurológico.  En ese sentido, recordemos que existen dos tipos de nutrientes: macro y micronutrientes, dentro del primer grupo encontramos a los hidratos de carbono, proteínas y lípidos, mientras que en el segundo grupo, tenemos a las vitaminas y los minerales.  

Todos los macronutrientes podemos encontrarlos fácilmente en los alimentos de origen vegetal, sin embargo, es importante recordar que para las proteínas es necesario formar cadenas de aminoácidos completas, es decir: combinar cereales con leguminosas. 

Por otro lado, existen nutrientes que pueden estar en riesgo, como la vitamina B12 que es de origen animal, calcio, hierro, zinc y vitamina D. Todo ello puede evitarse con una suplementación adecuada a temprana edad y un equilibrio en sus alimentos, así como la variedad en la elección de alimentos.  

¿Como podemos garantizar la obtención de estos nutrientes en los niños? 

Obteniendo alimentos y suplementación que puedan maximizar las fuentes de vitamina B12, calcio, zinc, vitamina D y hierro. Por ejemplo: 

  • Vitamina B12: la puedes encontrar en cereales fortificados sin azúcar, panes, leche vegetales, levadura nutricional fortificada y en suplementos.
  • Calcio: kale, brócoli, leguminosas, ajonjolí, etc. 
  • Hierro: leguminosas como garbanzos, lentejas, frijoles, tofu; también en frutos secos, granos integrales, kale, col, brócoli, panes y cereales fortificados con hierro.
  • Zinc: garbanzos, papas, frutos secos, cereal fortificado, frijoles, semillas de calabaza.
  • Vitamina D: cereales y sustitutos de leche fortificados; así como hongos o algunos suplementos.

Es muy importante que si tú llevas un estilo de vida basado en plantas y eres mamá o estás próxima a serlo, consultes con  tu pediatra y te acompañes de un nutriólogo especializado en niños que te pueda orientar respecto a la suplementación, dosis adecuadas y equilibrio en la dieta del niño; para que, de esta forma, podamos garantizar que no le haga falta ningún tipo de nutriente en su requerimiento por etapa de vida.  

Equipo de investigación y editorial iNat México.  



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