La práctica de la lactancia brinda múltiples beneficios tanto a la madre como al bebé, además, de aportar una combinación de nutrientes y energía adecuada para el crecimiento y desarrollo del lactante.
La leche materna constituye el alimento principal para los niños, desde el día de su nacimiento y hasta los seis meses de edad de manera exclusiva y de los siete meses hasta los tres años en conjunto con los demás alimentos. Los carbohidratos conforman del 40% al 50% del contenido calórico de la leche. La lactosa es el carbohidrato más abundante en la leche aumentando hasta el segundo y tercer mes, mientras que los demás carbohidratos (entre ellos los oligosacáridos) se encuentran incrementados durante las primeras semanas de vida.
Los oligosacáridos son el componente que más pueden variar en la composición de la leche materna. Su producción se ve influenciada por diversos factores como la herencia genética de la madre, el período de lactancia y del momento del día, sin embargo, la dieta de la mamá no representa un factor de riesgo para alterarlo. El aporte de oligosacáridos es mayor durante el calostro que en la leche madura, pues durante los 5 primeros días la concentración se encuentra aumentada y posteriormente descendiente a lo largo de los tres meses siguientes. La concentración de oligosacáridos no varía durante la toma, pero sí a lo largo del día.
Los oligosacáridos resultan beneficiosos para la salud. Sus efectos positivos se relacionan con la capacidad que tienen para ser digeridos en el intestino delgado. La fracción que no resulta digerida se considera fibra dietética, ya que poseen propiedades similares a la fibra alimentaria. Se cree que cerca del 60% de los oligosacáridos obtenidos a través de la leche materna son utilizados de manera parcial o total por la microbiota presente en el colon.
Durante el primer año de vida los bebés tienen un mayor riesgo de presentar infecciones debido a que su sistema inmune no está maduro. El consumo de la leche materna resulta una buena opción para prevenir dichas infecciones debido a que contiene factores que brindan protección contra agentes patógenos. Los oligosacáridos también presentan un efecto antiinfeccioso ya que inhiben la colonización y crecimiento de patógenos, mediante la estimulación del crecimiento de bacterias beneficiosas, por lo que se puede decir que ejerce un efecto prebiótico.
Los oligosacáridos también intervienen en la maduración de las funciones del tubo digestivo, crecimiento de componentes de la microbiota y actividades antimicrobianas durante los primeros meses de vida del lactante. Se cree que también participan en el control de ciertas funciones metabólicas intestinales y que, por lo tanto, intervienen en la absorción de nutrientes y su aprovechamiento a lo largo del organismo. Del mismo modo, existen estudios que sugieren que participan en la prevención de enterocolitis necrosante y aportan ácido siálico el cual promueve el desarrollo del cerebro y su capacidad cognitiva.
Sin duda alguna, la leche materna, es el mejor alimento que se le puede brindar a un recién nacido. La etapa de la lactancia significa un lazo entre la madre y el bebé. La leche materna brinda los nutrientes necesarios para el correcto crecimiento y desarrollo del lactante. Entre estos nutrientes se encuentran los oligosacáridos, un tipo de carbohidrato que cuenta con múltiples beneficios para la salud del bebé como prevención de infecciones, efecto prebiótico, desarrollo del cerebro, entre otros. Por ello, es indispensable que el bebé sea alimentado exclusivamente con leche materna los primeros seis meses de vida y más importante aún que reciba los beneficios del calostro, que es cuando los oligosacáridos se encuentran en mayor concentración.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
Referencias:
Gudiel-Urbano, Montserrat, & Goñi, Isabel. (2001). Oligosacáridos de la leche humana: Papel en la salud y en el desarrollo del lactante. Archivos Latinoamericanos de Nutrición, 51(4), 332-339.
Brunser Tesarschü, Oscar. (2019). Leche Materna: Características funcionales de los oligosacáridos de la leche materna (Parte 2). Revista chilena de nutrición, 46(5), 633-643
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