La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial y cada año mueren como mínimo 2 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso.
La organización mundial de la salud define como “pandemia” aquellas enfermedades de propagación mundial. En el caso de la obesidad, es una pandemia de tipo no infecciosa. En el mundo la predominancia del exceso de peso dañino para la salud se ha triplicado, especialmente en los entornos urbanos.
La obesidad desde la infancia
Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Ante la epidemia de obesidad y diabetes que vivimos en nuestro país se suma ahora la pandemia de Covid-19, haciendo todavía más vulnerable a la población mexicana que ya vive con alguna enfermedad crónica.
De hecho, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recientemente declaró que para México se estima que el impacto de Covid-19 puede ser mayor debido a una mayor incidencia en cuanto a obesidad y diabetes.
En 2018, 8.6 millones de personas fueron diagnosticadas con diabetes, casi 2 millones de personas más que en el 2012. Se estima que existen alrededor de 3 millones más de personas viviendo con diabetes y que no han sido diagnosticadas. En total más de 11 millones de personas con diabetes. Cada año mueren más de 100 mil personas a causa de esta enfermedad. Este escenario se vuelve un caldo de cultivo para el Covid-19. Se estima que la obesidad es responsable de 200 mil muertes anuales, es decir, alrededor de 23 muertes cada hora”.
Evidentemente, el sobrepeso, la obesidad y dos de sus principales comorbilidades, la diabetes mellitus tipo 2, y la hipertensión son situaciones en las que las alteraciones metabólicas tienen un papel fundamental y que, junto con la edad, se han identificado como los factores de riesgo que con más probabilidad más están influenciando la evolución de la enfermedad
realmente no hay aún estudios concluyentes sobre la existencia de antivirales específicos eficaces contra el COVID-19. Si el virus COVID-19 puede afectar de forma directa a la mitocondria es algo que aún no se ha señalado. Independientemente que a priori es muy probable que así sea, debido a sus características
Obesidad y el proceso inflamatorio
Las personas que tienen sobrepeso/obesidad tienen menor número de mitocondrias y un número mayor de ellas son disfuncionales, es decir, no son capaces de generar el suficiente ATP, lo que las convierte en una diana perfecta para que COVID-19 dañe más a la célula impidiendo su normal respiración.
La capacidad de metabólica de las células para generar ATP para conseguir la energía que necesitan para su normal funcionamiento, se ve mermada ya que las mitocondrias no puedan completar su ciclo vital que las ayuda a reproducirse dentro de la célula y esto además parece relacionarse con que se limite la respuesta del Interferón (Los interferones son un grupo de proteínas señalizadoras producidas y secretadas por las células anfitrionas como respuesta a la presencia de diversos patógenos, tales como virus, bacterias, parásitos y células tumorales) en la célula contra el virus.
Equipo de investigación y desarrollo iNat México
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