¿Pensando en hacer dieta? Toma en cuenta tu salud y la pérdida peso vendrá de la mano

Sin duda alguna uno de los propósitos de año nuevo más comunes entre las personas es “bajar de peso” por lo que se inicia la práctica de ejercicio o bien se recurre a diferentes tipos de dietas que prometen ayudar a disminuir el peso en poco tiempo y de manera eficaz e incluso se opta por el consumo de suplementos alimenticios, sin embargo, pocas personas son las que recurren con un especialista para llevar una alimentación saludable y con ello lograr el objetivo.

Seguir un régimen de alimentación estricto puede brindar resultados visibles y en poco tiempo, sin embargo, no siempre resultan ser una buena opción. Las dietas estrictas que no han sido recomendadas por un especialista pueden representar un riesgo para la salud, pues podrían reducir los niveles de energía y generar la sensación de fatiga o cansancio, ansiedad, dolor de cabeza, irritabilidad, insomnio, deshidratación. Se ha encontrado que aquellas personas que deciden reducir de peso mediante dietas restrictivas desencadenan deficiencias nutricionales principalmente de micronutrientes como vitaminas y minerales. Entre las consecuencias a largo plazo se encuentran la aparición de enfermedades como diabetes, cardiovasculares, cáncer y osteoporosis.  

Llevar a cabo un cambio de alimentación puede ser, hasta cierto punto, un poco difícil, pues cambiar hábitos que han sido llevados durante años no es fácil, sin embargo, con cambios paulatinos se puede lograr. Optar por el consumo de frutas entre comidas en lugar de frituras o galletas comerciales, comer porciones pequeñas, realizar de 3 a 5 comidas al día, eliminar el consumo de bebidas azucaradas y preferir la ingesta de agua natural son algunos ejemplos de pequeños cambios pero que benefician la salud. Junto con el cambio de alimentación, también es recomendable iniciar la realización de alguna actividad física pues ayuda a mantener un buen estado de salud.

Una alimentación sana debe considerar un alto consumo de verduras y frutas, así como de cereales integrales, semillas, leguminosas y alimentos de origen animal. También se debe limitar la ingesta de azúcares refinados, sal, grasas saturadas, alimentos procesados, comida chatarra, etc.  Para iniciar con el cambio se puede incluir verduras en todas las comidas, consumir frutas y verduras de temporada, sustituir las grasas saturadas por insaturadas específicamente ácidos grasos poliinsaturados como aceites vegetales, preferir la preparación al vapor o hervidos, en caso de consumir carne que sea primordialmente carne magra, lácteos desnatados, limitar el consumo de sal, por mencionar algunos.

Una dieta saludable protege del desarrollo de malnutrición, así como de enfermedades crónicas como diabetes, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y cáncer. El cambio de alimentación brinda distintas ventajas entre ellas mejorar la salud, reducir el riesgo de padecer problemas graves de salud, fortalece el sistema inmune, brinda más energía, ayuda a mantener un peso saludable, entre otros.

Equipo de investigación y editorial iNat México.  

Referencias

U.S. Department of Health and Human Services. (2019, abril). Cómo cambiar sus hábitos para tener una mejor salud. National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. 

Organización Mundial de la Salud. (2020, 29 abril). Alimentación sana. 

Malik, N., Tonstad, S., Paalani, M., Dos Santos, H., & Luiz do Prado, W. (2020). Are long-term FAD diets restricting micronutrient intake? A randomized controlled trial. Food science & nutrition, 8(11), 6047–6060. ht

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