En los últimos años, México ha experimentado una transición alimentaria y nutricional caracterizada por el reemplazo del consumo de alimentos tradicionales por el de alimentos industrializados de alta densidad energética y baja calidad nutricional. Esto se refleja en una disminución del gasto per cápita en alimentos recomendables como frutas, verduras, lácteos y carnes, y en un mayor gasto en alimentos densos en energía (como cereales refinados y comida rápida) y bebidas azucaradas.
Por otra parte, las prácticas de alimentación están influenciadas por diferentes factores, entre ellos los sociodemográficos, como edad, sexo, nivel socioeconómico, escolaridad, etnicidad, composición del hogar, entre otros.
En la sociedad actual, orientada por procesos mercantiles dirigidos a estimular la economía consumista, la industria alimentaria interviene a través de diferentes instrumentos entre los que destaca la publicidad, para introducir un concepto nuevo de alimento y dieta. Esta industria segmenta la oferta y comercialización de productos alimentarios de consumo masivo, en función de la capacidad económica de los consumidores. Los productos de baja calidad son dirigidos a los sectores con menor poder adquisitivo. Cuanto más bajo es el poder de compra del público al que se dirige, más alto es el contenido de grasas, azúcares y aditivos. Generalmente los productos industrializados que se consumen en circunstancias de antojo se dirigen a la población con menor capacidad económica y son relativamente más caros y menos recomendables desde el punto de vista nutricional que otros similares.
Una de las principales razones por las que existe la percepción de que comer sano es más caro es como hemos mencionado el marketing, actualmente no vemos expuestos a muchos productos de moda en los que podemos leer en su etiquetado la palabra “Orgánico”, “gluten free”, “vegano”, “100% natural”, sin que esto nos asegure realmente estar consumiendo un alimentos con alto valor nutricional, sin embargo su etiquetado nos hace pensar que es una opción más saludable al resto. Es importante recalcar que este tipo de productos NO son necesarios en una dieta saludable como lo podría ser, por ejemplo, el consumo de alimentos naturales, que comprados a granel y en mercados locales (en México son muy frecuentes) son de bajo costo, como es el caso de los cereales integrales (arroz, avena, amaranto), leguminosas (frijol, lenteja, garbanzo), frutas y verduras de amplia variedad.
Algunos consideraciones a tomar en cuenta para comprar tus alimentos:
1- No compres con hambre (esto induce a comprar productos que no necesitas).
2- Revisa tu despensa antes de hacer compras para que aproveches al máximo lo que tienes en tu hogar.
3-Compra la mayor cantidad de alimentos posibles a granel; libres de etiquetas.
4-Compra frutas y verduras de temporada y en mercados locales, siempre tienen un costo más bajo
5-Evita los alimentos de moda en tu consumo cotidiano.
Equipo de investigación y editorial iNat México.
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