Suplementación con semillas de linaza en pacientes con diabetes

El lino es una planta cuyo tallo se emplea para la fabricación de tejidos y su semilla, la linaza, se utiliza para extraer harina y aceite. Las semillas del lino, contienen aceite (oleum lini), mucílagos, albúminas, glucósidos, enzimas y agua. Tanto enteras como molidas, constituyen un laxante suave pero muy eficaz. La semilla es rica en ácido α-linoleico (Ω 3), fibra soluble y fitoestrógenos.

La linaza es rica en proteínas, conformada mayormente por globulinas. También cuenta con arginina, ácido aspártico y ácido glutámico. Por otro lado, su principal contenido es el aceite, que se encuentra mayormente en los cotiledones. En esta zona se pueden encontrar triglicéridos, fosfolípidos y ácidos grasos libres (ácidos α-linolénico, linoleico y oleico). La capa externa de la semilla se encuentra la fibra dietética (celulosa, lignina y mucílago). En cuanto a fitoestrógenos se pueden encontrar lignanos e isoflavonoides.

La linaza se ha convertido en un importante ingrediente alimentario funcional gracias a su aporte de ácido α-linolénico (ALA, omega-3), lignanos y fibra. El aceite de linaza, las fibras y los lignanos de linaza brindan beneficios a la salud, como la reducción de enfermedades cardiovasculares, aterosclerosis, cáncer, artritis, osteoporosis, trastornos autoinmunitarios y neurológicos, así como diabetes.

El aumento de azúcar en sangre (Diabetes mellitus) es un factor de riesgo importante de enfermedades cardiovasculares. La diabetes mellitus se caracteriza por hiperglucemia y se asocia con anomalías en el metabolismo de hidratos de carbono, proteínas y lípidos que dan como resultado el desarrollo de complicaciones secundarias. La diabetes no tratada puede provocar enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal y ceguera. Además, la diabetes tiende a ocurrir junto con otros factores de riesgo como la obesidad, la hipertensión, el colesterol HDL bajo y un nivel alto de triglicéridos.

Las fibras dietéticas, los lignanos y los ácidos grasos ω-3 presentes en la linaza tienen un efecto protector contra el riesgo de diabetes. La suplementación de la dieta de personas con diabetes tipo 2 con linaza en polvo durante 1 mes redujo la glucosa en sangre en ayunas y la hemoglobina glicosilada. Esto podría deberse al menor contenido de carbohidratos glucémicos y al mayor contenido de fibras dietéticas de la linaza.

Varios estudios pequeños han encontrado una reducción en los niveles de glucosa en sangre posprandiales en aquellas mujeres que consumen linaza. En un estudio en el cual se suplementaba ácido linoleico conjugado y aceite de linaza en la dieta de ratas susceptibles a obesidad y tumores diabéticos, se observó una reducción en la glucemia. Por otro lado, la suplementación con polvo de linaza en mujeres con diabetes durante 2 meses generó que los niveles de glucosa en sangre posprandiales se redujeran. Del mismo modo, un estudio en 25 sujetos con diabetes a los que se les suplementaron polvo de linaza en forma de pan por 90 días reportó una reducción significativa en los niveles de glucosa en sangre después de la suplementación.

Una investigación en la cual se incluyó un suplemento de harina de linaza en la dieta de personas con diabetes tipo 2 se observó una disminución de la glucosa, hemoglobina glicosilada, colesterol total, triglicéridos, colesterol LDL y aumento en el colesterol HDL. Los fitoestrógenos, la fibra y los lignanos presentes en la harina de linaza poseen un potencial que puede intervenir en el mantenimiento y control de diferentes metabolitos y enzimas importantes para estos pacientes.

La linaza es una semilla ampliamente utilizada en la gastronomía en los últimos años. Ha evidenciado poseer diversos efectos sobre la salud gracias a sus componentes nutricionales. Gracias a ello ha sido objeto de investigación para el control de la diabetes. Diversos estudios han demostrado que la suplementación con linaza ayuda a controlar las concentraciones de glucosa en sangre.

Equipo de investigación y editorial iNat México.

Referencias:

Goyal, A., Sharma, V., Upadhyay, N., Gill, S., & Sihag, M. (2014). Flax and flaxseed oil: an ancient medicine & modern functional food. Journal of food science and technology, 51(9), 1633–1653.

Ojeda, L., de la Cruz Noguera Machado, N., & Herrera, H. (2017). LA LINAZA (Linum usitatissimum L.) Y SU PAPEL NUTRACEÚTICO. Saber, Universidad de Oriente, Venezuela, 29, 712–722.

Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. (2015, 10 noviembre). La linaza, alimento, vestido y medicina. Gobierno de México. Recuperado 12 de enero de 2022.

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