Así que ya lo decidiste, vas a intentarlo… Y creemos que será uno de los cambios más positivos que puedas hacer, conocerás muchos alimentos nuevos que de no ser por una dieta plant based tal vez no conocerías como lo harás, muchos de ellos son sumamente deliciosos ya que sabemos que en ocasiones la parte más complicada de esta transición es cambiar la manera en la que piensas en los alimentos; resignificarlos positivamente pensando en la salud que te pueden brindar, es una inversión a largo plazo, ya que ganarás salud y probablemente también ahorraras mucho dinero en costosas medicinas y doctores.
La alimentación basada en plantas no funciona como una varita mágica tienes que darle el tiempo a tu cuerpo de recuperarse así como también le tomó tiempo llegar a condiciones de salud que lo más probable es que no desees tener. No dudes que esta alternativa es una opción sumamente eficiente, segura y económica, no tiene efectos secundarios, no pondrá en riesgo tu salud, basta documentarse un poco para darse cuenta de la cantidad de artículos de salud de prestigiosos médicos con resultados sumamente positivos, y te darás cuenta conforme más logres empaparte de la alimentación natural que es mucho más económico que tu antigua manera de comer, tal vez al inicio implique un poco de inversión debido a los nuevos alimentos que probarás, sin embargo a largo plazo, habrás ahorrado mucho dinero.
Principios básicos
Como te imaginaste, el cambio a una alimentación plant based implica el consumo de una abundante cantidad de frutas y verduras, lo ideal es que consumas un 70% de frutas y verduras y el otro 30% lo podrás dividir entre cereales, leguminosas, frutos oleoginosos y algunos otros alimentos importantes pero que usarás en cantidades pequeñas como alguno de los múltiples conocidos super foods.
Lo primero que por naturaleza necesita tu cuerpo es algo de glucosa y es importante que esta sea de una fuente natural y fácilmente digerible como lo es la que está disponible en la fruta, así que puedes iniciar tu día con un shot, un licuado de frutas o un delicioso extracto en el cual podrías colocar un poco de spirulina por darte un ejemplo.
Para tu desayuno lo ideal sería incluir un carbohidrato, por supuesto uno sano, así que puedes optar por incluir la avena, un buen pan de granos libre de azúcar o proteínas de origen animal (buscaremos no incluirlas en los alimentos que pueden estar libres de ellas) si quieres un poco más de proteína puedes incluir un poco de quinoa.
Un tazón de fruta fresca de tu elección, si no quieres complicarte con las combinaciones procura elegir una sola fruta a la vez. Las frutas ácidas combinan muy bien con frutos oleaginosos y las dulces con los carbohidratos, el cuidar las combinaciones de tus alimentos asegurará que tengas una digestión eficiente y una efectiva absorción de nutrientes
Puedes acompañar tu fruta de una lechada de almendras hecha en casa.
Para tus snacks lo ideal es un lunch sano como pueden ser unas trufas de almendras con una fruta fresca, un jugo recién extraído, un plato con pepino, zanahorias, jícama y limón o 100 gramos de frutos oleginosos, e incluso unas tostaditas de arroz integral o quinoa infladas con unas cucharadas de crema de cacahuate o de almendras, solo por darte algunas ideas. ¡Las opciones son muchas!
En la comida procura siempre incluir una abundante y colorida ensalada, agregale germinados, un aguacate completo (si, completo, son tus grasas buenas) vegetales de múltiples colores y por supuesto hojas verdes. Aprovéchate del poder nutricional de las leguminosas, el arroz integral y la quinoa en la presentación que más te guste. Procura nunca freír tus alimentos, ya que se pueden volver tóxicos y perder sus propiedades nutricionales.
Y para la cena puedes repetir un buen plato de tus leguminosas, puedes cocinar tus vegetales y verduras al vapor, si hace calor comerlas frescas o si hace frío comerlas en caldito.
Recuerda que el limite esta en tu imaginación, estas son solo algunas sugerencias, es importante jugar con las texturas y los sabores para explorar el mundo de opciones que tienes disponibles. Por ejemplo, tu ensalada de calabaza se puede convertir en espaguetis con una rica salsa de tomate casera.
Sustitución de proteína de origen animal
Tal vez esta sea la parte más complicada y depende 100% de ti. La idea no es tratar de hacer un régimen ortodoxo e inflexible que sea difícil de seguir, como muchas otras cosas esta es una transición.
Así que puedes hacerlo de manera paulatina disminuyendo la cantidad de productos que los contienen, actualmente hay muchas opciones libres de ellas.
- Lo primero a considerar en tu lista de alimentos por dejar de lado son los embutidos ya que son alimentos sumamente procesados, tóxicos y de bajo perfil nutricional.
- Puedes experimentar con los hongos como el shitake, las setas, los champiñones y los portobellos que son muy ricos en proteína y de consistencia “Carnosa”.
- Preparar tus leches vegetales en casa en lugar de la leche de vaca (Las lechadas de caja contienen mucho sodio, conservadores y estabilizantes).
Alimentos saludables y satisfactorios
- Almidones, además de ser muy satisfactorios, son económicos y aportan mucha energía (ojo si abusas de ellos, ya que son muy calóricos).
- Leguminosas tu perfecta fuente de proteínas de origen vegetal.
- Frutos secos, en cantidades pequeñas, pero diarias.
- Aguacate que además de ser delicioso sustituirá tu colesterol por uno bueno.
Consulta aquí nuestro blog de recetas para tomar algo de inspiración.
Y recuerda que toda transición lleva tiempo, dedicación y esfuerzo, así que no te des por vencido si no consigues hacerlo perfectamente en la primera ocasión, siempre puedes regresar y dar lo mejor de ti.
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